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Distintos alimentos con alto contenido proteíco

Alimentos de origen animal (con proteínas): 7 tipos y sus propiedades

Los alimentos de origen animal son una importante fuente de proteína, pero pueden tener desventajas

Las proteínas son una parte esencial de nuestro organismo y entre sus principales propiedades se incluyen las siguientes: proporcionar masa muscular y proteger al cuerpo. Por su parte, los alimentos y productos de origen animal son fuentes muy ricas de proteína y existen diferentes tipos. Se clasifican según el tipo de carne o el animal del cual proviene.

En el siguiente artículo revisamos qué es un alimento de origen animal, cuáles son los principales tipos de estos alimentos, así como las ventajas y desventajas de su consumo.

¿Qué es un alimento de origen animal?

Los alimentos de origen animal son cualquier alimento o comida que se deriva del cuerpo de un animal. Estos no solo incluyen la carne sino que pueden derivar en distintos productos. Por lo general se comercializan como “productos con ingredientes de origen animal”, lo que incluye la extracción de distintas sustancias u órganos del animal en cuestión.

Asimismo, los tipos de animales que se utilizan como alimento son muchos y normalmente se categorizan según el tipo de carne utilizada, o bien, el tipo de animal que la proporciona.

Carne de pato
Existen 7 tipos de alimentos con proteínas animales | Getty Images

Por su parte, se denomina “subproductos animales” a las partes del animal que no son destinados al consumo humano. Dichos productos suelen pasar por un proceso conocido como “renderizado", que sirve para convertir alguna parte del animal en materiales como cosméticos, pinturas, pegamentos, etc.

7 tipos de alimentos con proteínas animales

El ser humano consume muchos tipos de animales y, respecto a ello, existen diferencias culturales. No obstante, hay ciertos alimentos de origen animal básicos y comunes en muchas culturas, como el pollo, el pescado o la carne de res.

A continuación os mostramos una lista de los 7 tipos de animales que solemos consumir en la dieta clásica occidental, así como los animales que se consumen en menor medida en distintos lugares del mundo.

1. Carne roja (de mamíferos)

En nutrición y gastronomía, el término “carne roja” hace referencia a la carne proveniente de mamíferos. Dentro de esta categoría se incluye específicamente la carne de:

- Caballo

- Res

- Vaca

- Carne de caza (jabalíes, venado, etc.)

- Cerdo

- Cordero

Es una de las fuentes más ricas en hierro y además son fuentes muy ricas de proteínas, creatina y minerales como el zinc y el fósforo. No obstante, en la pirámide nutricional se recomienda su consumo de forma moderada debido a que tienen un alto contenido en grasas saturadas, difíciles de digerir para algunos organismos.

Primer plano de carne de cerdo encima de una tabla de madera
La carne de cerdo es rica en proteínas | Getty Images

2. Carne blanca (de aves)

Desde el punto de vista nutricional y culinario, la carne blanca es aquel tipo de carne que tiene un color más pálido y se usa específicamente para la que es derivada de las aves.

Es decir, se distingue de la roja en que su coloración es menos rojiza y su textura es mucho más blanda. Principalmente hace referencia a la carne de las aves. Las más comunes suelen ser las siguientes:

- Pollo

- Pavo

- Ganso

- Pato

- Avestruz

El conejo también se considera carne blanca, así como ciertas partes del cerdo o el cordero cuando es un animal joven. Es una fuente de proteína mucho más saludable que la anterior y además es considerada una de las más económicas a nivel mundial.

Tienen un bajo aporte graso y son una gran fuente de proteínas, por ello su consumo suele ser imprescindible en planes de alimentación para bajar de peso.

También aportan vitaminas del complejo B y minerales diversos. A diferencia de la roja, la carne blanca puede consumirse de forma ocasional entre unas 3-4 raciones semanales.

Carne de pollo troceada con un poco de romero en medio
La carne de ave se caracteriza por tener un color más pálido | Getty Images

3. Pescados

La carne de pescado puede dividirse en pescado blanco y azul. El blanco es el que tiene menos contenido en grasas y sería por ejemplo la merluza o el lenguado.

En cambio, el pescado azul tiene más grasas y es una fuente muy rica de ácidos grasos omega-3, que es una sustancia esencial para el organismo. El salmón, el atún o la sardina son ejemplos de pescado azul.

4. Mariscos

El marisco hace referencia a todo animal marino invertebrado y comestible. Se incluyen los crustáceos (gambas o camarones, langostinos, etc.), moluscos (mejillones, almejas, etc.) y otros animales marinos que encajen en esta definición.

Como son alimentos de origen animal, tienen un contenido alto de proteínas, así como de minerales y vitaminas esenciales. No contienen muchas calorías y son ricos en ácidos grasos poliinsaturados.

Un plato de pulpo gallego con pimentón
La mayoría de mariscos son muy versátiles a la hora de ser cocinados | Getty Images

5. Insectos

Mientras que en algunas culturas -tales como en China o algunos países de Latinoamérica- son un alimento básico en la dieta, en otros lugares de mundo -p. ej. en Europa occidental-, el consumo de insectos no es considerado algo habitual.

Algunos de los insectos que se consumen de manera regular en dichas culturas son los grillos, las hormigas, los saltamontes, las orugas o los escarabajos. Son alimentos muy ricos en proteína y también en calcio, hierro, zinc, grasos poliinsaturados y vitaminas del complejo B.

6. Reptiles

En algunas regiones de Latinoamérica, Oceanía y Asia, los reptiles son consumidos de forma frecuente. Su carne es considerada blanca así como rica en proteínas y otros nutrientes. Los que son más consumidos por el ser humano suelen ser la iguana, el cocodrilo, la serpiente y algunas especies de tortugas.

Si no es adecuado ni regulado, su consumo puede comportar importantes problemas de salud. Para evitarlos, es recomendable asegurarse que la carne ha sido previamente congelada y tratada.

Persona cortando con unas tijeras carne de serpiente
En algunas regiones tienen muy normalizado comer carne de serpiente | Getty Images

7. Alimentos derivados (huevos y lácteos)

Son todos aquellos productos de origen animal que se pueden obtener de forma natural. Los productos lácteos y los huevos son los más comunes. Con relación a los primeros, la leche de vaca suele ser la de consumo más frecuente, así como el queso, el yogur, la crema o nata, y otros productos parecidos.

Los huevos en cambio, son obtenidos de las aves y son una fuente muy importante de proteína que debemos consumir de forma frecuente.

Muchos estudios han demostrado que los huevos tienen efectos positivos en nuestro organismo, ya que no solo aportan proteínas sino vitaminas, minerales y grasas buenas para nuestro cuerpo.

¿Cuánta proteína tiene un huevo?

Para quien se pregunte cuánta proteína tiene un huevo, uno mediano de aproximadamente 50 o 60 g puede aportar 8 g de proteínas de primera calidad. Esta cantidad representa un grado elevado de proteína contenida en un solo alimento que es además muy fácil de preparar. Esto hace del huevo un alimento muy práctico y versátil.

Primer plano de un huevo en una huevera
El huevo es uno de los principales alimentos derivados de animales, ya que contiene mucha proteína | Getty Images

La mejor manera de consumirlos es cocidos, ya que pierden menos cantidad de propiedades, así como pueden incluirse en cualquier comida.

Propiedades y desventajas de estos productos

El consumo de alimentos de origen animal tienen nutrientes esenciales para el desarrollo de nuestro cuerpo tales como vitaminas, minerales y especialmente proteínas. Con relación a esto, dichos alimentos corresponden a una de las mayores fuentes de proteínas que existen.

Asimismo su consumo de forma moderada y adecuada mantiene la hemoglobina y los niveles de hierro del organismo en niveles estándares.

No obstante, su consumo excesivo puede llegar a ser perjudicial debido a que muchas tienen un alto contenido graso. Comer alimentos de origen animal en exceso se asocia a efectos negativos sobre el sistema cardiovascular.