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Mujer con pelo corto balanceando la melena

Pubertad en la mujer: 6 cambios físicos y emocionales

Revisamos los principales cambios físicos, emocionales y psicológicos de la pubertad en la mujer.

Los cambios físicos y emocionales de la pubertad tienen un gran impacto en las mujeres, sobre todo cuando se dan de forma precoz. En muchos aspectos, las chicas se enfrentan durante esta etapa a una serie de desafíos relativos a la interacción social que no están presentes del mismo modo en los adolescentes de sexo masculino.

En este artículo describiremos qué cambios son propios de la pubertad femenina de forma específica, mencionaremos algunos compartidos también por los varones. No sólo vamos a describir aspectos relacionados con la fisiología y el aspecto físico sino también características psicológicas y emocionales de gran relevancia.

Pubertad en la mujer: 6 cambios físicos, emocionales y psicológicos

Entre los cambios propios de la pubertad femenina podemos destacar la aparición de la menstruación (y por tanto el inicio del periodo fértil), el desarrollo de las mamas y otras características sexuales secundarias o el aumento del riesgo de sufrir síntomas de depresión y ansiedad o ciertos trastornos alimentarios -hecho relacionado con la presión social que sufren las mujeres con relación a su cuerpo.

 

1. Inicio de la menstruación

Los cambios hormonales que se producen con la llegada de la pubertad provocan la maduración del sistema reproductor femenino y con esta la aparición de la menstruación y, en consecuencia, el inicio del periodo fértil de la mujer.

La primera menstruación es conocida como “menarquia” y se produce a una edad media de aproximadamente 12-13 años. Es muy habitual que los ciclos menstruales sean irregulares y que no siempre vayan acompañados de la ovulación durante los dos años que siguen a la menarquia.

 

2. Cambios en el sistema reproductor

El sistema reproductor femenino madura con la pubertad, lo cual permite la fertilidad. Este proceso implica estructuras anatómicas como el útero, los ovarios y la vagina, que además de pasar a capacitar a la mujer para la fecundación adquieren una mayor resistencia a las infecciones y cambian a nivel morfológico.

 

3. Desarrollo del pecho

El signo inicial del desarrollo de las mamas es conocido como telarquia y consiste en la aparición de un bulto debajo de una o ambas areolas; esto suele suceder entre los 10 y los 11 años, aproximadamente. La telarquia es considerada también el primer signo de la pubertad en general.

Después de la telarquia los pechos se siguen desarrollando. Los cambios en la morfología del pecho son utilizados como indicadores del estadio de desarrollo mamario; para ello se utiliza la escala de Tanner, que identifica 5 fases diferenciadas entre el pecho femenino infantil y el propio de la edad adulta.

 

4. Cambios en la forma del cuerpo

El aumento de los niveles de estrógenos (hormonas sexuales femeninas) se asocia con cambios en la morfología del cuerpo de las mujeres. En este sentido es especialmente relevante el aumento de la acumulación de grasa en las caderas, las nalgas, la parte superior de los brazos y otras partes del cuerpo -muy superior a la que se da en los hombres.

Por otra parte, con la pubertad aumenta el tamaño de la parte superior de la pelvis, y por tanto también el de las caderas. Esto permite que el canal del parto se vuelva más amplio, facilitando este proceso.

 

5. Crecimiento del vello púbico

El segundo signo de la pubertad femenina es la pubarquia -es decir, la aparición de vello púbico, generalmente junto a los labios de la vagina. Nuevamente, este cambio físico que precede a la adolescencia tiene su causa en los efectos de las hormonas en el organismo.

Como sucede en el caso de la telarquia, existen las llamadas “etapas de Tanner”, cinco estadios que van desde la ausencia de vello púbico (etapa 1) hasta la distribución propia de la edad adulta, que se corresponde con el estadio 5.

 

6. Cambios emocionales y psicológicos

Los cambios de la pubertad pueden tener efectos negativos en las mujeres, incluso más que en el caso de los varones. Esto se debe a la enorme presión social a la que se ven sometidas con relación a su aspecto físico -que pasa a ser considerado muy importante a partir de la maduración física propia de la adolescencia. La pubertad precoz aumenta particularmente el riesgo de que se den problemas.

La llegada de la adolescencia se relaciona con un aumento de la probabilidad de aparición de ciertos trastornos psicológicos, tanto en mujeres como en hombres. Así, la esquizofrenia o el trastorno bipolar se manifiestan con frecuencia después de la pubertad en los dos sexos, mientras que  las mujeres sufren un riesgo mayor de desarrollar trastornos depresivos y de ansiedad, así como anorexia nerviosa y bulimia.