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Una mujer se mide la fiebre

Helicobacter pylori: la bacteria que infecta a medio mundo

Helicobacter pylori es una bacteria común que se asocia con gastritis, úlceras y cáncer de estómago.

Los datos epidemiológicos sugieren que es muy probable que tengas una infección bacteriana y no lo sepas, sobre todo si sufres problemas relacionados con el sistema digestivo.

En este artículo vamos a hablar de Helicobacter pylori, una bacteria que infecta el estómago del 50% de la población mundial y que puede provocar síntomas y trastornos como gastritis, úlceras e incluso cáncer de estómago.

Helicobacter pylori, una bacteria muy peculiar

“Helicobacter pylori” es el nombre que se emplea para hacer referencia a una bacteria que se encuentra en el estómago de los seres humanos y en concreto en el epitelio gástrico, es decir, en la mucosa estomacal. Anteriormente era conocida como “Campylobacter pylori”.

Su forma helicoidal, que explica el término “Helicobacter”, ha sido relacionada por diversos expertos (Brown, 2000; Yamaoka, 2008) con la adaptación de esta bacteria al hábitat del epitelio gástrico. Así, se hipotetiza que la peculiar morfología de Helicobacter pylori se ha desarrollado de un modo que le permite penetrar estos tejidos.

Esta bacteria fue descubierta en el año 1982 por los científicos australianos Barry Marshall y Robin Warren en el estómago de un paciente con gastritis (inflamación del tejido que recubre el estómago) y con úlceras estomacales.

En la actualidad se sabe que sólo 1 de cada 5 personas infectadas de Helicobacter pylori muestran síntomas y se cree que esta bacteria podría ser muy importante para el funcionamiento de nuestro estómago (Blaser, 2006).

No obstante, la presencia de Helicobacter pylori se ha asociado a enfermedades de gravedad variable; además de la gastritis y de las úlceras en el estómago y en otras regiones del sistema digestivo, sabemos que esta infección aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer de estómago.

Contagio y prevalencia de esta infección

Se calcula que la bacteria Helicobacter pylori está presente en el tracto intestinal de más de la mitad de la población mundial (Amieva y Peek, 2016), lo cual convierte a esta infección en la más común que existe en todo el mundo (Pounder, 1995). Aunque su prevalencia está descendiendo de forma progresiva, sigue estando muy extendida en los países pobres (Malaty, 2007).

En cambio, la infección por Helicobacter pylori es menos habitual en países más ricos en los que la mayor parte de la población tiene menos dificultades para acceder a la higiene básica y a servicios sanitarios de calidad. Así, sólo el 25% de la población occidental está infectada por esta bacteria.

Esto se asocia de forma particular a la facilidad para disponer de medicamentos antibióticos; además, productos con efectos similares se aplican en las granjas, lo cual disminuye el riesgo de contagio a través de alimentos.

En la actualidad no se conoce con detalle el modo de contagio de Helicobacter. Sin embargo, la hipótesis más plausible es la de la transmisión de una persona infectada a otra sana a través del contacto de materia fecal, saliva o placa dental. La vía de recepción del virus parece ser la oral y con frecuencia se debe al consumo de agua contaminada.

Lo más habitual en la mayoría de casos es que la infección se produzca en la infancia, especialmente en los países más pobres. Una vez se ha introducido en el tejido gástrico, Helicobacter pylori puede sobrevivir durante toda la vida de la persona (Brown, 2000).

Síntomas: gastritis, úlceras y riesgo de cáncer de estómago

Si bien, como hemos dicho previamente, es muy habitual que la infección por Helicobacter pylori no provoque ningún síntoma e incluso es posible que tenga ciertos efectos beneficiosos en el sistema digestivo, también es relativamente frecuente que provoque problemas asociados a la reacción del organismo a su presencia en los tejidos estomacales.

La inflamación de la mucosa del estómago o gastritis es el síntoma más típico de la infección por Helicobacter pylori. De forma más específica, se producen lesiones en el duodeno (y con menos frecuencia en otras zonas del sistema digestivo) derivadas de la inflamación crónica que pueden llegar a derivar en úlceras gástricas, esto es, llagas profundas en la mucosa que reviste el estómago.

En cuanto a la relación entre las infecciones por Helicobacter pylori y el cáncer de estómago, se cree que el aumento del riesgo asociado a esta bacteria se debe a la inflamación crónica, a la alteración de las células del epitelio gástrico y a la existencia de ciertas variantes de Helicobacter que contienen proteínas muy tóxicas para nuestro sistema digestivo.

Tratamiento: ¿cómo se cura este problema?

En muchos casos la infección de Helicobacter pylori no se detecta porque no provoca ningún tipo de problema; cuando esto sucede tampoco es necesario aplicar un tratamiento médico.

En cambio, si se identifica la presencia de la bacteria en el estómago de una persona con gastritis o úlceras se emplean antibióticos como la amoxicilina y la claritromicina en combinación con omeprazol u otros fármacos que reducen la cantidad de ácido producido por el estómago.

También se sabe que hay diversos alimentos que ayudan a combatir la infección de Helicobacter pylori a causa de que contienen determinadas sustancias agresivas con esta bacteria. De este modo la coliflor, el brócoli o productos lácteos como el yogur parecen ayudar a curar este problema.

Referencias bibliográficas:

  • Amieva, M. & Peek, R. M. (2016). Pathobiology of Helicobacter pylori–Induced Gastric Cancer. Gastroenterology, 150(1): 64–78.

  • Blaser, M. J. (2006). Who are we? Indigenous microbes and the ecology of human diseases. EMBO Reports, 7(10): 956–60.

  • Brown, L. M. (2000). Helicobacter pylori: epidemiology and routes of transmission. Epidemiologic Reviews, 22(2): 283–97.

  • Malaty, H. M. (2007). Epidemiology of Helicobacter pylori infection. Best Practice & Research: Clinical Gastroenterology, 21(2): 205–14.

  • Mégraud, F. (1995). Transmission of Helicobacter pylori: faecal–oral versus oral–oral route. Alimentary Pharmacology & Therapeutics, 9(Suppl 2): 85–91

  • Pounder, R. E. (1995). The prevalence of Helicobacter pylori infection in different countries". Aliment. Pharmacol. Ther. 9 (Suppl 2): 33–9.

  • Suganuma, M., Yamaguchi, K., Ono, Y., Matsumoto, H., Hayashi, T., Ogawa, T., Imai, K., Kuzuhara, T., Nishizono, A. & Fujiki, H. (2008). TNF-α-inducing protein, a carcinogenic factor secreted from H. pylori, enters gastric cancer cells. International Journal of Cancer, 123(1): 117–22.

  • Tsuji, S., Kawai, N., Tsujii, M., Kawano, S. & Hori, M. (2003). Review article: inflammation-related promotion of gastrointestinal carcinogenesis--a perigenetic pathway. Alimentary Pharmacology & Therapeutics, 18(Suppl 1): 82–89.

  • Yamaoka, Y. (2008). Helicobacter pylori: Molecular Genetics and Cellular Biology. Poole (Reino Unido): Caister Academic Press.