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Dos manos entrelazadas por un dedo

Relaciones tóxicas: qué son, cómo salir y 5 señales de que tienes una

En las relaciones tóxicas se crean vínculos nocivos que pueden ser realmente perjudiciales para las personas implicadas.

Las relaciones tóxicas son un tipo de vínculo que suele ser nocivo para una o todas las personas involucradas. Se trata con frecuencia de una relación donde no sólo hay sufrimiento, sino que existe afecto y cariño. Por esta razón suele ser difícil detectar las situaciones que están causando daño y salir de éstas.

En el siguiente artículo veremos qué son las relaciones tóxicas, y posteriormente revisaremos algunas señales útiles para detectarlas. Finalmente analizaremos si existen personas tóxicas y cómo podemos modificar o dejar este tipo de vínculos.

¿Qué son las relaciones tóxicas?

La palabra “tóxico” quiere decir “sustancia venenosa”, o bien, puede ser definida como un “elemento que produce efectos nocivos sobre el organismo”. En este sentido, una relación tóxica es un trato, conexión o vínculo entre dos o más personas, que produce efectos nocivos para una o todas las partes involucradas.

En tanto que los seres humanos entablamos relaciones constantemente, ya que en gran medida es a través de éstas que satisfacemos nuestras necesidades básicas, también estas relaciones son constantemente fuente de estrés, malestar o incomodidad.

En parte lo anterior depende de las características de personalidad de cada quien, así como de los gustos e intereses. Pero también depende de los momentos y los contextos en que la convivencia ocurre. Estos últimos estos pueden favorecer un clima nutritivo, o bien, entorpecerlo.

Principales tipos y características

Por lo general  las relaciones tóxicas se favorecen por climas tóxicos. Además, todas las personas involucradas suelen tener un grado de responsabilidad en la creación de dicho clima, especialmente de acuerdo con la participación y el rol que ocupan dentro el grupo.

En línea con esto es importante reconocer que las relaciones tóxicas no sólo se entablabn entre parejas sexoafectivas. También pueden construirse vinculos toxicos entre las familias, entre los compañeros de trabajo, entre los compañeros de colegio, y en general, en cualquier contexto que implique la presencia constante de conflictos.

Por otro lado, con frecuencia se habla no sólo de relaciones tóxicas, sino de “amor tóxico”. Este último suele hacer referencia a vínculos contradictorios que aparentemente están centrados en el cuidado del otro, pero que no obstante causan daño constante a ese otro. Dicha contradicción es uno de los principales obstáculos para reconocer y salir de una relación tóxica.

Personas tóxicas: ¿cómo son y cómo dejar de serlo?

Así como existen climas o contextos tóxicos, también podemos encontrarnos con personas conflictivas o personas tóxicas. Es más, sin darnos cuenta, muchas veces nosotros mismos y nuestras actitudes resultan nocivas para las otras personas.

A pesar de tener buenas intenciones e incluso experimentar sentimientos de cariño hacia los demás, nuestro comportamiento puede favorecer en algunos momentos un clima nocivo. Por lo mismo se vuelve importante tomar conciencia sobre la influencia que ejercemos sobre las otras personas, y visceversa.

Afortunadamente  es posible dejar de ser una persona tóxica, una vez que hemos detectado que causamos daño a los demás. Para lograrlo es importante comenzar por reconocer los momentos en los que lastimamos a otros y analizar de qué manera podemos modificarlo.

También puede pasar que las personas en sí mismas no sean tóxicas, sino que el clima y el vínculo entablado favorezca una relación dañina para una o ambas partes. Es decir, una misma persona puede entablar relaciones cuidadosas y nutritivas con algunas personas bajo ciertos contextos; y no necesariamente hacer lo mismo con otras personas en otros contextos.

Por otra parte, puede ocurrir que una misma persona genere conflictos en cualquier entorno. En este caso es necesario detectar los momentos y actitudes que están causando daño, así como practicar una comunicación asertiva. Lo importante es mantener suficiente claridad sobre los límites que existen en cada relación.

¿Tienes una relación tóxica? 5 señales

Tal como hemos visto,  las relaciones tóxicas suelen ser difíciles de detectar y dejar precisamente porque se entablan entre personas que tienen un vínculo afectivo. De todas formas es importante reconocer cuando existen elementos nocivos o dañinos dentro de toda relación.

A continuación, explicaremos 5 señales que pueden alertar de que tienes una relación tóxica.

1. Incomodidad o sufrimiento constante de una de las partes

Una de las primeras y más evidentes señales de que se ha entablado una relación tóxica, es cuando una o más de las personas involucradas se encuentra constantemente en una situación de incomodidad o sufrimiento.

Dicho de otro modo, cuando los momentos de felicidad o ausencia de estrés empiezan están cada vez menos presentes; y por el contrario son cada vez más frecuentes aquellos momentos de sufrimiento intenso.

Con frecuencia esto último suele vivirse con más intensidad por una de las partes involucradas en la relación, lo cual es otra de las señales de estar en una relación tóxica. Por lo mismo es importante no minimizar las experiencias de incomodidad y tampoco sobrevalorar experiencias aisladas de alegría.

2. Hay más compromiso de una parte que de la otra

En relación con lo anterior, otra de las maneras de saber si estamos en una relación tóxica es cuando los acuerdos entablados para solucionar conflictos no se cumplen, o bien, sólo los cumple una de las personas involucradas.

Esta es además una señal de que la situación de incomodidad se percibe de maneras distintas: lo que para una persona puede ser fuente de sufrimiento, para la otra puede pasar desapercibida. Finalmente esto genera un clima nocivo y abre el camino a distintas formas de violencia o discriminación.

3. Culpa recurrente y comportamiento culpabilizador

Otra de las señales de las relaciones tóxicas es la presencia de estrategias para forzar determinado curso dentro de la relación. Es decir, forzar a la otra persona o sus decisiones para lograr un objetivo, aunque este objetivo interese sólo a una de las partes.

Pueden notarse, por ejemplo, en los estilos de comunicación que tienden a culpar constantemente a la otra persona, pero no para solucionar un problema de manera nutritiva, sino con la intención de manipular, controlar o dominar.

Con frecuencia este estilo comunicativo se adopta para reducir el miedo, el estrés o la inseguridad, e incluye comportamientos como levantar la voz, mostrar ira de manera agresiva, realizar señalamientos constantes, etcétera.

4. Hay frases o comportamientos degradantes

También es posible detectar un vínculo tóxico cuando un sujeto o un grupo de personas emiten constantemente comentarios de infravaloración sobre otras, o bien, cuando mantienen actitudes degradantes hacia éstas.

Se trata, en otros términos, de una forma de maltrato moral o de violencia psicológica. Por ejemplo, cuando hay comentarios que constantemente minimizan o desprecian a alguna de las personas involucradas.

Si además la persona que es objeto de los comentarios tiene menos posibilidades de defenderse o de abandonar el vínculo, la situación puede ir más allá de ser una relación tóxica para convertirse en una relación de abuso.  

5. Violencia implícita y explícita

Finalmente, una de las señales más evidentes y claras de que existe una relación tóxica es la presencia de violencia tanto explícita o implícita. Esto incluye violencia psicológica, como comentarios degradantes; violencia física como golpes, pellizcos, empujones, etcétera; o bien, violencia sexual, que significa forzar o persuadir a otra persona a realizar prácticas sexuales en contra de su voluntad.

Suele pasar que luego de varios episodios de violencia, el agresor pide disculpas, después existe un periodo de reconciliación e incluso compromisos explícitos para modificar la misma violencia, aunque luego de un tiempo reincide.

Consejos para salir de una relación tóxica

¿Cómo salir de una relación tóxica? En principio  es importante reconocer y respetar los límites propios y también los límites de los demás, de manera que sepamos tomar distancia en los momentos adecuados.

Asimismo, es importante detectar los pequeños momentos, comportamientos, circunstancias, incluso las palabras o gestos que nos hace sentir incómodos o incómodas en una relación, y darles la importancia suficiente.

Posteriormente también debemos ponerlos en común con las personas involucradas, así como entablar una comunicación asertiva que facilite tanto la expresión de nuestras molestias como la empatía hacia las molestias ajenas.

Establecer un clima donde se favorezca la negociación, más allá de la imposición de normas sobre los vínculos, es una de las estrategias más efectivas para salir de una relación tóxica.

De la misma manera, promover el compromiso de ambas partes en la toma de acuerdos y anticipar la posibilidad de tomar distancia importante ante la falta de cumplimiento de los mismos. Finalmente crear un grupo o red de apoyo por si dicha toma de distancia representa un duelo para nosotros.

Referencias bibliográficas

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