La espiritualidad humana es un fenómeno complejo que no puede ser reducido a las religiones tradicionales sino que tiene un significado individual. El bienestar espiritual, si se entiende como experiencia asociada a la sensación de trascendencia personal, se asocia al crecimiento y a la salud psicológica.
El desarrollo espiritual de cada persona es distinto al del resto y puede darse gracias a muchos elementos diferentes: reflexiones, conversaciones, libros, valores autogenerados o transmitidos por otras personas o por religiones como la cristiana o la budista, etc.