Los llamados "superalimentos", como las semillas de chía y la quinoa, son considerados muy beneficiosos para la salud y adecuados para llevar una vida sana. No obstante, lo cierto es que otros alimentos más tradicionales y menos exóticos son opciones incluso mejores para nuestro organismo.
El aceite de oliva, muy consumido en países mediterráneos como España e Italia pero no tanto en el resto del mundo, y el aguacate o palta, que se ha vuelto extremadamente popular en los últimos años, son dos ejemplos más de comidas a las que podríamos referirnos como "superalimentos".
La palabra "superalimento" es un término de marketing que hace referencia a alimentos a los que se atribuye un contenido nutricional muy rico en comparación con otros; no obstante, diversas instituciones han prohibido el uso del término por su arbitrariedad.
Entre los superalimentos más típicos encontramos las algas espirulina y chlorella vulgaris, la maca andina, los hongos reishi (Ganoderma lucidum), el jengibre, la cúrcuma, las bayas de Goji e incluso plantas medicinales como la equinácea.